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viernes, 28 de septiembre de 2018

TRASTORNOS DE PERSONALIDAD EN EL DSM V

Las distintas actualizaciones publicadas por la American Psychiatric Assotiation que han ido conformando las versiones del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales han sido objeto de críticas y discrepancias de forma tradicional. A pesar de que cada nueva publicación ha intentado lograr un índice de consenso más elevado entre los expertos, lo cierto es que no puede negarse la existencia de un sector de la comunidad de profesionales de la Psicología y la Psiquiatría que muestra sus reservas en torno a este sistema de clasificación de las patologías mentales.
En lo referente a las versiones más actuales del DSM (DSM-IV TR de 2000 y DSM-5 de 2013) diversos autores de renombre como Echeburúa, de la Universidad del País Vasco, ya evidenciaron lo controvertido de la clasificación de los Trastornos de Personalidad (TP) en el manual predecesor al vigente, el DSM-IV-TR. Así, en uno trabajos junto a Esbec (2011) han puesto de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una reformulación completa tanto de las nosologías diagnósticas como de los criterios a incluir para cada una de ellas. Según los autores este proceso podría repercutir positivamente en un aumento de los índices de validez de los diagnósticos así como una reducción del solapamiento de diagnósticos múltiples aplicados a la población clínica.
Problemas de clasificación de los Trastornos de Personalidad en el DSM 5
Además de Echeburúa, otros expertos en la materia como Rodríguez-Testal et al. (2014) alegan que existen diversos elementos que, a pesar de dotar con escaso respaldo teórico, se han mantenido en el paso del DSM-IV-TR al DSM-5, como por ejemplo la metodología categorial en tres grupos de trastornos de personalidad (los denominados clusters), en lugar de optar por una aproximación más de tipo dimensional donde se añadan escalas de gravedad o intensidad sintomática.
Los autores afirman la presencia de problemas en la definición operativa de cada etiqueta diagnóstica argumentando que en diversas entidades existe un solapamiento significativo entre algunos de los criterios incluidos en determinados trastornos mentales recogidos en el Eje I del manual, así como la heterogeneidad de perfiles que pueden obtenerse en la población clínica bajo un mismo diagnóstico común.
Esto último se debe a que el DSM exige cumplir un número mínimo de criterios (la mitad más uno) pero no indica ninguno como necesariamente obligatorio. Más concretamente, se ha hallado una gran correspondencia entre el Trastorno Esquizotípico de la Personalidad y la Esquizofrenia; entre el Trastorno Paranoide de la Personalidad y el Trastorno Delirante; entre el Trastorno Límite de Personalidad y los Trastornos del Estado de Ánimo; el Trastorno Obsesivo-Compulsivo de Personalidad y el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, principalmente.
Por otra parte, resulta muy complejo establecer la diferenciación entre el continuo de rasgo de personalidad marcado (normalidad) y rasgo de personalidad extremo y patológico (trastorno de personalidad). Aún especificando que debe existir un significativo deterioro funcional en el desempeño personal y social del individuo, así como la manifestación de un repertorio psicológico y conductual estable en el tiempo de carácter inflexible y desadaptativo, resulta arduo y complejo identificar qué perfiles poblacionales pertenecen a la primera categoría o a la segunda.
Otro punto importante hace referencia a los índices de validez obtenidos en las investigaciones científicas que respaldan la presente clasificación. Sencillamente, no se han realizado estudios que sustenten dichos datos, así como tampoco parece justificada la diferenciación entre los clusters (conglomerados A, B y C):



Clusters de los Trastornos de Personalidad

Además, en cuanto a la correspondencia entre las descripciones otorgadas a cada diagnóstico de Trastornos de Personalidad no mantienen suficiente correspondencia con los signos observados en los pacientes clínicos en consulta, así como también se observan solapamiento de cuadros clínicos excesivamente amplios. El resultado de todo ello es el sobre-diagnóstico, un fenómeno que presenta un efecto nocivo y estigmatizante para el propio paciente, además de complicaciones a nivel de comunicación entre los profesionales del ámbito de la salud mental que atiende a dicho colectivo clínico.
Finalmente, parece ser que tampoco existe suficiente rigor científico que valide la estabilidad temporal de algunos rasgos de personalidad. Por ejemplo, las investigaciones indican que la sintomatología propia de los TP de cluster B tiende a disminuir con el paso del tiempo, mientras que los signos de los TP de cluster A y C tienden a aumentar.
Propuestas para mejorar el el sistema de clasificación de los TP
A fin de solventar algunas de las dificultades expuestas, Tyrer y Johnson (1996) ya habían propuesto hace un par de décadas un sistema que añadía a la anterior metodología tradicional una valoración graduada para establecer más específicamente la gravedad de la presencia de un Trastorno de Personalidad:
  1. Acentuación de rasgos de personalidad sin llegar a considerarse TP.
  2. Trastorno simple de personalidad (uno o dos TP del mismo cluster).
  3. Trastorno complejo de personalidad (dos o más TP de distinto cluster).
  4. Trastorno severo de la personalidad (además se presenta una gran disfunción social).
Otro tipo de medida abordada en las reuniones de la APA durante la elaboración de la versión definitiva del DSM-5, consistió en considerar la inclusión de seis dominios de personalidad más específicos (emocionalidad negativa, introversión, antagonismo, desinhibición, compulsividad y esquizotipia) especificadas a partir de 37 facetas más concretas. Tanto los dominios como las facetas debían valorarse en intensidad en una escala de 0-3 para asegurar más detalladamente la presencia de cada rasgo en el individuo en cuestión.
Finalmente, en relación a la disminución del solapamiento entre categorías diagnósticas, el sobre-diagnóstico y la eliminación de las nosologías menor respaldadas a nivel teórico, Echeburúa y Esbec han expuesto la contemplación de la APA de disminuir desde las diez recogidas en el DSM-IV-TR a cinco, las cuales se describen a continuación junto con sus rasgos más idiosincráticos:


1. Trastorno Esquizotípico de la Personalidad
Excentricidad, regulación cognitiva alterada, percepciones inusuales, creencias inusuales, aislamiento social, afecto restringido, evitación de la intimidad, recelo y ansiedad.
2. Trastorno Antisocial/Psicopático de la Personalidad
Insensibilidad, agresión, manipulación, hostilidad, engaño, narcisismo, irresponsabilidad, imprudencia e impulsividad.
3. Trastorno Límite de la Personalidad
Labilidad emocional, autolesiones, miedo a la pérdida, ansiedad, baja autoestima, depresividad, hostilidad, agresión, impulsividad y propensión a la disociación.
4. Trastorno Evitativo de la Personalidad
Ansiedad, miedo a la pérdida, pesimismo, baja autoestima, culpa o vergüenza, evitación de la intimidad, aislamiento social, afecto restringido, anhedonia, desapego social y aversión al riesgo.

5. Trastorno Obsesivo-Compulsivo de la Personalidad
Perfeccionismo, rigidez, orden, perseveración, ansiedad, pesimismo, culpa o vergüenza, afecto restringido y negativismo.

Referencias bibliográficas

  • American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5a ed.). Washington, DC: Author.
  • Esbec, E., y Echeburúa, E. (2011). La reformulación de los trastornos de la personalidad en el DSM-V. Actas Españolas de Psiquiatría, 39, 1-11.
  • Esbec, E., y Echeburúa, E. (2015). El modelo híbrido de clasificación de los trastornos de personalidad en el DSM-5: un análisis crítico. Actas Españolas de Psiquiatría, 39, 1-11.
  • Rodríguez Testal, J. F., Senín Calderón, C. y Perona Garcelán, S. (2014). Del DSM-IV-TR al DSM-5: análisis de algunos cambios. International Journal of Clinical and Health Psychology, 14 (Septiembre-Diciembre).

COMPARATIVA DEL DSM

TABLA COMPARATIVA DEL DSM IV Y DSM V.


¿QUE ES EL DSM?

¿Qué es el DSM?

DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) y contiene descripciones, síntomas y otros criterios para diagnosticar trastornos mentales.
Estos criterios de diagnóstico proporcionan un lenguaje común entre los distintos profesionales (psiquiatras, psicólogos clínicos e investigadores de las ciencias de la salud) que se dedicna a la psicopatología, estableciendo claramente los criterios que los definen y ayudando a asegurar que el diagnóstico sea preciso y consistente.
En general, el DSM es el sistema de clasificación de trastornos mentales con mayor aceptación, tanto para el diagnóstico clínico como para la investigación y la docencia y es importante tener presente que siempre debe ser utilizado por personas con experiencia clínica, ya que se usa como una guía que debe ser acompañada de juicio clínico además de los conocimientos profesionales y criterios éticos necesarios.


En 1994, se publicó en España el DSM-IV. En el año 2002, se edita en España el texto revisado de dicho manual: DSM-IV-TR (Ed. Masson).



ANTECEDENTES DE LA LOCURA: ENSAYO

PSICOPATOLOGIA

LOS ANTECEDENTES DE LOS CONCEPTOS DE LA LOCURA: LA POSESION DEMONIACA Y EL EXORCISMO

ENSAYO

1. INTRODUCCIÓN
Un tema de gran relevancia en la historia del concepto de la locura es la posesión demoniaca y el exorcismo. La explicación del exorcismo dentro del psicoanálisis ha llevado a considerar dicha práctica como una forma tradicional de terapia y que ha tenido una gran influencia en la historia de la psicología del inconsciente (Del Bosque, 2007). Sin embargo, el tratamiento de la locura a lo largo de los siglos ha llevado a identificar trastornos mentales por un lado, y posesiones demoniacas por otro. El término “loco” ha sido eliminado del lenguaje especializado.

2. DESARROLLO
Los primeros conceptos de la locura elaborados en la Grecia Clásica tenían como explicación primordial la posesión de espíritus malignos; muy pocos poseían como argumento alguna otra causa, tal y como la teoría humoral, la dualidad del alma humana, y la pérdida de la razón. Esta visión tradicional del espíritu maligno que se apoderaba del alma del individuo fue desarrollándose a través de las distintas épocas de producción del conocimiento.
Durante la Edad Media, el concepto de la locura como resultado de la posesión demoniaca se consolidó. Una práctica característica de esta temporalidad es el exorcismo. Esta práctica consiste en un ritual que incluye la repetición continua de oraciones y órdenes de expulsión que tiene como objetivo liberar al individuo de la posesión demoníaca. El primer libro con fórmulas de exorcismo es el Statua Ecclesiae Latinae que data de finales del año 500. Ya en 1494 se cuenta con toda una literatura exorcista con libros como Malleus Maleficarum. En el Renacimiento y la Ilustración, se ve atenuada la visión demonológica de la locura, y tras el positivismo decimonónico, Freud (1895) reconoce la posesión demoniaca como una neurosis y define a los demonios como proyecciones de deseos provenientes de impulsos reprimidos. Freud y Breuer afirmaron que : “… le psychisme dissocié est le démon dont, aux époques de naïves superstitions, on croyait le malade possédé. Il était exact qu’un esprit étranger à la conscience Claire dominait le malade, mais il s’agisait non d’un element étranger ce dermier, mais bien d’une partie de son esprit.” (Freud y Breuer, p. 203).

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Hoy día, en el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” jamás encontraremos el concepto de posesión demoniaca. Tal fenómeno ha sido erradicado del quehacer no sólo psicológico, sino que también psiquiátrico y médico.

3. CONCLUSION
Los avances en el tratamiento de las psicopatologías ha logrado que hoy día la ciencia haya eliminado el concepto de “locura”, estableciendo el término “trastorno mental”, y más aún, lo ha despojado de toda connotación de posesión demoniaca o espíritus malignos. No obstante ciertas posturas consideran que la psicoterapia se vio nutrida en sus inicios de prácticas religiosas como el exorcismo, en la actualidad, incluso la Iglesia Católica es muy prolija al proceder a un exorcismo, agotando hasta el último recurso en descartar trastorno mental alguno.

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lunes, 10 de septiembre de 2018

¿QUE NECESITAS SABER PARA ENTENDER EL DSM V?

Te doy la  bienvenida a este blog donde te mencionaremos la historia del DSM V, ¿de donde proviene?, ¿quien la creo?, ¿como se emplea? y sus principales usos.



INTRODUCCIÓN






El objetivo de este blog es ofrecer a los estudiantes de licenciatura en psicología una herramienta electrónica para construir un acercamiento divertido y a la vez asertivo a los contenidos del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, abreviado DSM), editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (en inglés, American Psychiatric Association (APA), en su versión 5°. 

Representa una fuente de descripciones claras y accesibles de las categorías diagnósticas que componen dicha clasificación de los trastornos mentales, con el fin de que los estudiantes de la psicología puedan adentrarse en la responsabilidad que implica el diagnosticar, y la necesidad de estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastornos.


 Partimos de la concepción de que la clasificación de los trastornos mentales clasifica a los trastornos, no a las personas que los padecen.



ESTE VIDEO ES PARTE DE LA INTRODUCCIÓN DEL BLOG YA QUE NOS SEÑALA PUNTOS BASICOS E IMPORTANTES DEL DSM 5.